domingo, 24 de agosto de 2014

¿Es la situación de América Latina una consecuencia del conflicto racial de la colonia?

Una interpretación sobre el origen del conflicto político, social y económico en el continente en pleno siglo XXI
Índice
  1. Aclaratoria inicial
  2. Prefacio
  3. La lucha entre blancos ricos, indígenas, mestizos y negros pobres aún continúa
  4. Otros líderes de la América Latina
  5. Colombia, un caso especial
  6. La guerra en Centro América
  7. ¿Por qué Fidel Castro?
  8. Lo que representan los nuevos líderes
  9. Conclusión
  1. Aclaratoria inicial
Quiero dejar constancia que este trabajo es un análisis sociológico, elaborado en base al método científico, sin ninguna intención política. El ensayo está basado, simplemente, en la observación objetiva de la realidad, en hechos comprobables que han ocurrido en el pasado y ocurren en el presente. De la interpretación de esos hechos formulé la hipótesis que presento a continuación. 
  1. Prefacio
¿Por qué en la América Latina han alcanzado el poder figuras como Hugo Chávez, Evo Morales, Ollanta Humala y Rafael Correa? ¿Cuál es la causa de la guerra en Colombia? ¿Cuál fue la causa de la guerra en Centroamérica? ¿Por qué Fidel Castro? ¿Por qué surgen en Venezuela descendientes de los mantuanos que intentan tomar el poder? ¿Por qué surgió en México el Movimiento Zapatista? ¿Por qué el partido socialista del Brasil coloca como su candidata a Marina Silva? ¿Cuál es la realidad actual?
Han pasado más de doscientos años desde la independencia de España pero el conflicto político, social y económico del continente americano sigue presente.
¿Por qué?
Son varias las razones, sin embargo, de la observación objetiva de la realidad histórica y de la realidad del presente podemos identificar claramente una causa: en pleno siglo XXI, las diferencias raciales de la colonia aún subsisten en el continente.
La confrontación entre la minoría blanca de origen europeo y los indígenas, mestizos y esclavos negros viene desde tiempos de la colonia. En el siglo XIX, la minoría blanca nacida en América promovió la revolución de independencia para asumir el poder directamente y liberarse de España, pero la revolución de independencia no modificó la estructura racial y social. La esclavitud de los negros continuó y la marginación de los indígenas y los mestizos también continuó. Pasaron muchos años después de la guerra de independencia para que la esclavitud fuese abolida en los países del continente y para que los indígenas y mestizos pudieran acceder a algunas de las posiciones políticas reservadas a la minoría blanca. En algunos casos, como el de Venezuela, fue necesaria una nueva confrontación, la llamada Guerra Federal, que se desarrolló entre 1859 y 1863. En Colombia no ocurrió un fenómeno similar y por eso la lucha social en forma de guerra de guerrillas todavía, en pleno siglo XXI, allí continúa.
  1. La lucha entre blancos ricos, indígenas, mestizos y negros pobres aún está presente
Para comprender el presente es necesario comprender el pasado.
La historia de Venezuela permite explicar buena parte de la situación actual de Venezuela y la América Latina.
La guerra de independencia fue dirigida por hombres salidos de la minoría blanca descendiente de españoles de la época. Simón Bolívar, el más destacado héroe y Libertador, era descendiente de españoles y oficial del ejército del Rey, hasta que se rebeló e inició el proceso independentista. Los generales más influyentes del Ejército Libertador también eran descendientes de españoles. La excepción fue el general en jefe Manuel Piar, un pardo, de madre curazoleña, el único de su raza en alcanzar esa alta distinción militar. Lo ocurrido después con el general Piar es de todos conocidos: fue fusilado con la anuencia del Libertador, lo que no hizo con el general Francisco de Paula Santander, descendiente también de españoles y líder militar de Colombia, a quien perdonó, a pesar de haber éste atentado contra la vida del Libertador en Bogotá.
En 1819, en el Congreso de Angostura, Bolívar crea las bases políticas de lo que sería el nuevo estado y su sueño de la Gran Colombia. Alcanzada la independencia, después de la batalla de Carabobo en 1821, surge el nuevo estado pero ello no modifica la estructura racial y social, ya que las clases tradicionalmente marginadas, los indígenas, los mestizos y los negros, continuaron en su misma situación.
Simón Bolívar hizo una revolución política, pero la revolución no pudo cambiar los arraigados privilegios de la clase social más poderosa,  los privilegios de los blancos criollos descendientes de españoles. José Antonio Páez, el catire Páez, como se le conocía, el segundo hombre más importante de la historia de Venezuela, creador de la república por haber separado a Venezuela de la Gran Colombia en 1830, a pesar de su origen humilde, tampoco modificó la estructura racial y social tradicional del país.
Fue el presidente José Gregorio Monagas, quien contra la más férrea oposición de los esclavistas en el Congreso, el 23 de marzo de 1854 decretó la abolición de la esclavitud 33 años después de concluida la última batalla por la independencia. Pero ello tampoco cambió la estructura racial y social del país y continuaron las mismas circunstancias hasta que en el año 1859 se produce una rebelión social, encabezada por los generales Ezequiel Zamora y Juan Crisóstomo Falcón y comienza lo que se conoce como la Guerra Federal que duraría cinco años. La Guerra Federal si tiene un impacto en la estructura social y, como hechos notorios, vale destacar la extinción de la llamada oligarquía conservadora y la aplicación práctica de la abolición de todos los títulos de nobleza que, aunque eliminados en la constitución de 1811, sin embargo, sus antiguos poseedores habían conservado, en forma práctica, parte de sus privilegios. La Guerra Federal fue, pues, también, una guerra racial entre blancos, mestizos y negros.
El general José Antonio Páez se rindió. La Federación triunfó en el campo militar en 1863 y asumió el poder el general Juan Crisóstomo Falcón, sin embargo, al final la Federación tampoco logró imponer totalmente su tesis igualitarista porque surgieron los caudillos regionales. A Falcón le siguen como presidentes de Venezuela José Ruperto Monagas, Antonio Guzmán Blanco, Linares Alcántara, Antonio Guzmán Blanco en segundo gobierno, Joaquín Crespo, Antonio Guzmán Blanco (Aclamación), Juan Pablo Rojas Paúl, Raimundo Andueza Palacios, Joaquín Crespo, Ignacio Andrade y Cipriano Castro, el último caudillo del siglo XIX.
Cipriano Castro, gobierna a Venezuela entre 1899 y 1908. Castro era estigmatizado por su condición de mestizo por la prensa extranjera, a raíz de la invasión de Venezuela en 1902 por parte de las potencias europeas. Castro fue sustituido por otro caudillo de la provincia, el general Juan Vicente Gómez, andino, hombre blanco de ascendencia española, que a pesar de su origen humilde, devuelve el poder político a los descendientes de los antiguos blancos criollos, los mismos de la colonia. Gómez gobierna Venezuela durante 27 años, hasta 1935 cuando muere. En ese período surgió una nueva realidad, el petróleo, que modificó la estructura económica y social, al proporcionarle al estado una riqueza extraordinaria, distinta a la tradicional agrícola. Sin embargo, las clases tradicionales que siempre habían disfrutado del poder económico y social se acomodaron a la nueva situación para obtener poder y riqueza derivado del petróleo. 
A Gómez le suceden dos generales que formaban parte de su entorno político, el general Eleazar López Contreras, quien gobierna entre 1935 y 1936 y el general Isaías Medina Angarita quien gobierna entre 1941 y 1945, cuando es derrocado por un golpe militar. Tanto López Contreras como Medina Angarita también gobernaron con los descendientes de los mantuanos blancos criollos que habían dominado siempre a Venezuela.
El golpe militar de 1945 coloca en el poder a Rómulo Betancourt y al naciente partido Acción Democrática. Betancourt, a pesar de ser descendiente de españoles porque sus ancestros eran  de las Islas Canarias, intenta romper la estructura tradicional que concentraba el poder en la minoría blanca tradicional. Prueba de ello es que Betancourt es el principal promotor del movimiento sindical en Venezuela, movimiento que por primera vez le otorga cierto poder a la mayoría mestiza. Pero el experimento duró poco. En 1948 fue electo Rómulo Gallegos Presidente de la República postulado por Acción Democrática pero sólo duró once meses en el poder, hasta el 24 de noviembre de ese mismo año. Los mismos militares que en 1945 habían derrocado al general Medina Angarita derrocaron en 1948 a Gallegos y volvieron al poder los mismos representantes de los sectores que habían gobernado al país desde la colonia.
El general Marcos Pérez Jiménez dirigió Venezuela hasta el 23 de enero de 1958, cuando es sustituido por una Junta de Gobierno en la que destacan representantes de la clase que siempre había dominado el país, incluido un importante personaje a quien se le atribuía ser descendiente del Libertador Simón Bolívar.
En 1959, Rómulo Betancourt y el partido Acción Democrática, mediante elecciones, vuelven al poder. Pero esta vez Betancourt actúa de manera más cautelosa y busca una alianza con los sectores tradicionales del poder económico en Venezuela, los mismos de la colonia. Intenta balancear el poder político dándole a las fuerzas sindicales una mayor preeminencia y aliándose a los Estados Unidos, pero es atacado por una parte de las fuerzas económicas y raciales tradicionales y por una nueva situación que surge en el continente: la revolución cubana de Fidel Castro.
En Venezuela Castro y su revolución logran el apoyo del partido comunista, una fuerza minoritaria entonces pero protegida por la otra potencia que dominaba el mundo en ese momento: la Unión Soviética, que intentaba ganar espacio en la América Latina y otras regiones del mundo. Pero al final, Castro, el partido comunista y otros sectores que los apoyaban fueron derrotados por Betancourt y los siguientes presidentes de Venezuela, Raúl Leoni (1964-1969) y Rafael Caldera (1969-1974).
Los gobiernos de Leoni y Caldera fueron dominados por las fuerzas económicas y raciales de siempre, las mismas fuerzas de la colonia. Lo mismo ocurrió con los siguientes gobiernos de Carlos Andrés Pérez (1974-1979), Luis Herrera Campins (1979-1984), Jaime Lusinchi (1984-1989), Carlos Andrés Pérez II (1989-1993), Ramón Velásquez (1993) y Rafael Caldera II (1994-1998), quien se atreve a designar, por primera vez en la historia, a un mulato ministro de Hacienda.
Pero las contradicciones sociales y económicas para 1998 ya habían alcanzado un nivel extraordinario, después de una rebelión popular el 27 de febrero de 1989 y dos intentos de golpe de estado en el año 1992. Es en esos escenarios donde surge la figura de Hugo Chávez, quien capitaliza el descontento social de entonces. Chávez tiene éxito porque logra identificar su figura con la mayoría de la población pobre integrada, a su vez, por  indígenas, mestizos y negros, quienes ven en él a uno de los suyos. Chávez reconoce por primera vez en forma implícita la situación racial en Venezuela y adopta una serie de medidas como la designación de un ministro representante de las etnias indígenas y la promulgación de una ley contra la discriminación racial entre otros aspectos, cosa que nunca había ocurrido antes en el país. Por esa identificación con la parte mayoritaria de la población Chávez llegó al poder y lo mantuvo por largo tiempo desde 1999 hasta 2013 cuando muere.
  1. Otros líderes de la América Latina
La identificación de los sectores mayoritarios de la población, integrados por los indígenas, los mestizos y los negros, con algunos líderes es lo que ha permitido crear una nueva situación política en el continente. Es el caso de Evo Morales, en Bolivia, representante de los intereses de los indígenas bolivianos que forman la mayoría de la población de esa nación. Es también el caso de Ollanta Humala, en el Perú y el caso de Rafael Correa en Ecuador, que representan a los sectores étnicos mayoritarios de esos países.
  1. Colombia, un caso especial
Colombia no pasó por un proceso de igualación social como el ocurrido en Venezuela durante la Guerra Federal y por eso en Colombia la lucha social todavía mantiene una forma violenta.
El poder en Colombia lo tienen los blancos descendientes de españoles que a su vez concentran la riqueza de ese país, los mismos de la colonia, frente a la mayoría integrada por mestizos y en menor cantidad por negros. La lucha entre esos sectores es lo que en realidad ha mantenido vivo hasta ahora el conflicto social en Colombia.
  1. La guerra en Centro América
En los años ochenta y noventa Centro América vivió también duros procesos de guerra civil. En el origen de esos conflictos el problema racial ocupó un lugar preponderante, debido a que el sector dominante, los mismos de la colonia, trataban de mantener por siempre sus privilegios, colocando a la población autóctona, a la mayoría indígena en una situación de precariedad total.
  1. ¿Por qué Fidel Castro?
Fidel Castro interpretó el fenómeno racial del continente en los años cincuenta. El Presidente Fulgencio Batista era llamado entonces Mulato Lindo, lo que ponía en evidencia la relevancia de la cuestión racial de la época. Castro  encabezó la revolución en Cuba en nombre de la mayoría de la población, integrada por negros y mestizos. La clase alta de Cuba, los descendientes de españoles y europeos emigraron en los primeros años de la revolución y quedó en  la Isla la mayoría mestiza y negra, gobernada por una parte de la élite blanca, la élite blanca que permaneció aliada a Castro.
  1. Lo que representan los nuevos líderes
En México, también se puede apreciar el fenómeno racial en forma expresa. En los años 90 surgió en la región de Chiapas, el llamado Movimiento Zapatista, un movimiento armado indígena que proponía cambios significativos en la política y la sociedad mexicana.
En Brasil, a raíz de la reciente muerte de Eduardo Campos, candidato del partido socialista, el 14 de agosto 2014, ha sido designada como candidata presidencial la ambientalista Marina Silva, expresión de la mayoría de la población de ese país, que ha luchado denodadamente por la conservación de la Amazonia.
En Venezuela, aunque nadie lo dice expresamente porque se ha considerado siempre un tema innombrable, la lucha social y racial está presente. En Venezuela existen los descendientes de los llamados mantuanos, los blancos ricos de la colonia que conservaron siempre el poder político y económico. Esos sectores tratan ahora de recuperar el poder que les arrancó Hugo Chávez a  su clase social partir de 1998.
  1. Conclusión
La confrontación racial del tiempo de la colonia continúa viva en la América Latina, pero en forma silente porque nadie se atreve a reconocerlo abiertamente. Esa confrontación racial es lo que hace que los pueblos se identifiquen con algunos líderes y  rechacen a otros; ello explica, por ejemplo, el éxito de los candidatos indígenas en las naciones integradas mayoritariamente por poblaciones indígenas. Algo similar ocurre en los países cuya población tiene un mayor nivel de mezcla, donde la mayoría se identifica generalmente con quien tenga mayor afinidad racial y social, porque consideran al líder como a uno de los suyos.
Pero la confrontación racial va acompañada, a su vez, de la confrontación económica, porque generalmente el interés de los grupos tradicionales de poder está en contraposición a los intereses de los sectores que han estado tradicionalmente marginados de los beneficios de la economía.
La diferencia racial, pues, es un factor determinante de la política en la América Latina.






















1 comentario:

  1. Efecto de un Tweet de Dilma Roussef
    https://twitter.com/dilmabr/status/518937465059815424
    http://www.elpropio.com/actualidad/Acusan-Dilma-Rouseff-racismo-mensaje_0_605339464.html

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